jueves, 27 de agosto de 2009

EL APEGO AFECTIVO (Parte III)

La apetencia por sí sola no alcanza para configurar la enfermedad del apego. El gusto por la droga no es lo único que define al adicto, sino su incompetencia para dejarla o tenerla bajo control.
Abdicar, resignarse y desistir son palabras que el apegado desconoce. Querer algo con todas las fuerzas no es malo, convertirlo en imprescindible, sí. La persona apegada nunca está preparada para la pérdida, porque no concibe la vida sin su fuente de seguridad y/o placer.
Lo que define el apego no es tanto el deseo como la incapacidad de renunciar a él.
Si hay un síndrome de abstinencia, hay apego.
De manera más específica, podría decirse que detrás de todo apego hay miedo, y más atrás, algún tipo de incapacidad.
Por ejemplo, si soy incapaz de hacerme cargo de mí mismo, tendré temor a quedarme solo, y me apegaré a las fuentes de seguridad disponibles representadas en distintas personas.
El apego es la muletilla preferida del miedo, un calmante con peligrosas contraindicaciones.
El hecho de que desees a tu pareja, que la degustes de arriba abajo, que no veas la hora de enredarte en sus brazos, que te deleites con su presencia, su sonrisa o su más tierna estupidez, no significa que sufras de apego.
El placer (o si quieres, la suerte) de amar y ser amado es para disfrutarlo, sentirlo y saborearlo. Si tu pareja está disponible, aprovéchala hasta el cansancio; eso no es apego sino intercambio de reforzadores. Pero si el bienestar recibido se vuelve indispensable, la urgencia por verla no te deja en paz y tu mente se desgasta pensando en ella; bienvenido al mundo de los adictos afectivos.
Recuerda:
El deseo mueve al mundo y la dependencia lo frena.
La idea no es reprimir las ganas naturales que surgen del amor,
sino fortalecer la capacidad de soltarse cuando haya que hacerlo.
Un buen sibarita jamás crea adicción.

miércoles, 26 de agosto de 2009

EL APEGO AFECTIVO (Parte II)

Vale la pena aclarar que, cuando hablo de apego afectivo, me estoy refiriendo a la dependencia psicológica de la pareja.
Amor y apego no siempre deben ir de la mano. Los hemos entremezclado hasta tal punto, que ya confundimos el uno con el otro.
Equivocadamente, entendemos el desapego como dureza de corazón, indiferencia o insensibilidad, y eso no es así.
El desapego no es desamor, sino una manera sana de relacionarse, cuyas premisas son: independencia, no posesividad y no adicción.
La persona no apegada (emancipada) es capaz de controlar sus temores al abandono, no considera que deba destruir la propia identidad en nombre del amor, pero tampoco promociona el egoísmo y la deshonestidad.
Desapegarse no es salir corriendo a buscar un sustituto afectivo, volverse un ser carente de toda ética o instigar la promiscuidad. La palabra libertad nos asusta y por eso la censuramos.
Declararse afectivamente libre es promover afecto sin opresión, es distanciarse en lo perjudicial y hacer contacto en la ternura.
El individuo que decide romper con la adicción a su pareja entiende que desligarse psicológicamente no es fomentar la frialdad afectiva, porque la relación interpersonal nos hace humanos (los sujetos "apegados al desapego" no son libres, sino esquizoides).
No podemos vivir sin afecto, nadie puede hacerlo pero sí podemos amar sin esclavizarnos. Una cosa es defender el lazo afectivo y otra muy distinta ahorcarse con él.
El desapego no es más que una elección que dice a gritos:
El amor es ausencia de miedo.

EL APEGO AFECTIVO (Parte I)

"Mi existencia no tiene sentido sin ella",
"Vivo por y para él",
"Ella lo es todo para mí",
"El es lo más importante de mi vida",
"No se qué haría sin ella",
"Si él me faltara, me mataría",
"Te idolatro",
"Te necesito".

En fin, la lista de este tipo de expresiones y "declaraciones de amor" es interminable y bastante conocida. En más de una ocasión las hemos recitado, cantado bajo una ventana, escrito o, simplemente, han brotado sin razon alguna de un corazón palpitante y deseoso de comunicar afecto. Pensamos que estas afirmaciones son muestras del más puro e incondicional de los sentimientos. De manera contradictoria, la tradición ha pretendido inculcarnos un paradigma distorsionado y pesimista:
El auténtico amor, irremediablemente, debe estar infectado de adicción.
Un absoluto disparate. No importa cómo se quiera plantear, la obediencia debida, la adherencia y la subordinación que caracterizan al estilo dependiente, no son lo más recomendable.
Depender de la persona que se ama es una manera de enterrarse en vida, un acto de automutilación psicológica donde el amor propio, el autorespeto y la esencia de uno mismo son ofrendados y regalados irracionalmente. Cuando el apego está presente, entregarse, más que un acto de cariño desinteresado y generoso, es una forma de capitulación, una rendición guiada por el miedo con el fin de preservar lo bueno que ofrece la relación. Bajo el disfraz del amor romántico, la persona apegada comienza a sufrir una despersonalización lenta e implacable hasta convertirse en un anexo de la persona "amada", un simple apéndice. Cuando la dependencia es mutua, el enredo es funesto y tragicómico: Si uno estornuda, el otro se suena la nariz. O, en una descripción igualmente malsana si uno tiene frío, el otro se pone el abrigo.
Es común que este tipo de vínculos las personas, al conocerse, sientan que hay lazos muy fuertes que los unen. En un comienzo la sensación de amor no se compara con ninguna otra experiencia.
Son personas en búsqueda del enamoramiento, de esa sensación que les produce bienestar. Mas que alegría, lo que sienten es euforia y mucho agrado. Lo que no saben es que la sensación tiende a terminar. Después de eso, al igual que con la dependencia al alcohol o las drogas, se produce el bajo. La persona cree que se equivoco y vuelve, entre comillas, a darse permiso para iniciar una nueva búsqueda.

martes, 25 de agosto de 2009

SER ESPECIAL

He aquí un error que la mayoría de las personas cometen en sus relaciones con los demás: tratar de construirse un nido estable en el flujo constantemente móvil de la vida.
Piensa en alguien cuyo amor desees.
¿Quieres ser alguien importante para esa persona y significar algo especial en su vida? ¿Quieres que esa persona te ame y se preocupe por ti de una manera especial?
Si es así, abre tus ojos y comprueba que estás cometiendo la necedad de invitar a otros a reservarte para sí mismos, a limitar tu libertad en su propio provecho, a controlar tu conducta, tu crecimiento y tu desarrollo de forma que éstos se acomoden a sus propios intereses. Es como si la otra persona te dijera:
"Si quieres ser alguien especial para mí, debes aceptar mis condiciones, porque, en el momento en que dejes de responder a mis expectativas, dejarás de ser especial"

¿Quieres ser alguien especial para otra persona?
Entonces has de pagar un precio en forma de pérdida de libertad. Deberás danzar al son de esa otra persona, del mismo modo que exiges que los demás dancen a tu propio son si desean ser para ti algo especial.
Párate por un momento a preguntarte si merece la pena pagar tanto por tan poco. Imagina que a esa persona, cuyo especial amor deseas, le dices:
"Déjame ser yo mismo, tener mis propios pensamientos, satisfacer mis propios gustos, seguir mis propias inclinaciones, comportarme tal como yo decida que quiero hacerlo..."
En el momento en que digas estas palabras, comprenderás que estás pidiendo lo imposible. Pretender ser especial para alguien significa, fundamentalmente, someterse a la obligación de hacerse grato a esa persona y, consiguientemente, perder la propia libertad. Tómate el tiempo que necesites para comprenderlo... Tal vez ahora estés ya en condiciones de decir:
"Prefiero mi libertad antes que tu amor".
Si tuvieras que escoger entre tener compañía en la cárcel o andar libremente por el mundo en soledad, ¿qué escogerías? Dile ahora a esa persona:
"Te dejo que seas tú misma a, tener tus propios pensamientos, satisfacer tus propios gustos. seguir tus propias inclinaciones, comportarte tal como decidas que quieres hacerlo... "
En el momento en que digas esto, observarás una de estas dos cosas: o bien tu corazón se resistirá a pronunciar esas palabras y te revelarás como la persona posesiva y explotadora que eres (con lo que será hora de que examines tu falsa creencia de que no puedes vivir o no puedes ser feliz sin esa otra persona), o bien tu corazón pronunciará dichas palabras sinceramente. y en ese mismo instante se esfumará todo tipo de control, de manipulación de explotación, de posesividad, de envidia...
"Te dejo que seas tu mismo: que tengas tus propios pensamientos. que satisfagas tus propios gustos, que sigas tus propias inclinaciones, que te comportes tal como decidas que quieres hacerlo... "
Y observarás también algo más: que la otra persona deja automáticamente de ser algo especial e importante para ti, pasando a ser importante del mismo modo en que una puesta de sol o una sinfonía son hermosas en sí mismas, del mismo modo en que un árbol es algo especial en sí mismo y no por los frutos o la sombra que pueda ofrecerte. Compruébalo diciendo de nuevo:
"Te dejo que seas tú mismo... "
Al decir estas palabras te has liberado a ti mismo. Ahora ya estás en condiciones de amar. Porque, cuando te aferras a alguien desesperadamente, lo que le ofreces a la otra persona no es amor, sino una cadena con la que ambos, tú y la persona amada, quedáis estrechamente atados. El amor sólo puede existir en libertad. El verdadero amante busca el bien de la persona amada, lo cual requiere especialmente la liberación de ésta con respecto a aquél.
Anthony de Mello

domingo, 23 de agosto de 2009

EL AMOR NO DUERME

Saben hace un par de semanas, mientras conversaba con una amiga ella me comento que estaba enamorada(o por lo menos eso creía), en realidad tenia dudas de esa extraña sensación(que en su momento cada uno de nosotros tuvo la "oportunidad" de verse afectado), la mejor manera de poderla aconsejar, es hacer que ella misma logre identificar(caracterizar) esa sensación, que mejor manera de hacerlo que compartir el siguiente mensaje, que se les va a agradar.

Donde hay amor no hay deseos. Y por eso no existe ningún miedo.
Si amas de verdad a tu amigo, tendrías que poder decirle sinceramente:
"Así, sin los cristales de los deseos, te veo como eres, y no como yo desearía que fueses, y así te quiero ya, sin miedo a que te escapes, a que me faltes, a que no me quieras."
Porque en realidad...
¿Qué deseas? ¿Amar a esa persona tal cual es, o a una imagen que no existe?
En cuanto puedas desprenderte de esos deseos-apegos, podrás amar; a lo otro no se lo debe llamar amor, pues es todo lo contrario de lo que el amor significa.
El enamorarse tampoco es amor, sino desear para ti una imagen que te imaginas de una persona. Todo es un sueño, porque esa persona no existe. Por eso, en cuanto conoces la realidad de esa persona, como no coincide con lo que tú te imaginabas, te desenamoras. La esencia de todo enamoramiento son los deseos. Deseos que generan celos y sufrimiento porque, al no estar asentados en la realidad, viven en la inseguridad, en la desconfianza, en el miedo a que todos los sueños se acaben, se vengan abajo.
El enamoramiento proporciona cierta emoción y exaltación que gusta a las personas con una inseguridad afectiva y que alimentan una sociedad y una cultura que hacen de ello un comercio. Cuando estás enamorado no te atreves a decir toda la verdad por miedo a que el otro se desilusione porque, en el fondo, sabes que el enamoramiento sólo se alimenta de ilusiones e imágenes idealizadas.
El enamoramiento supone una manipulación de la verdad y de la otra persona para que sienta y desee lo mismo que tú y así poder poseerla como un objeto, sin miedo a que te falle. El enamoramiento no es más que una enfermedad y una droga del que, por su inseguridad, no está capacitado para amar libre y gozosamente.
La gente insegura no desea la felicidad de verdad; porque teme el riesgo de la libertad y, por ello, prefiere la droga de los deseos. Con los deseos vienen el miedo, la ansiedad, las tensiones y..., por descontado, la desilusión y el sufrimiento continuos. Vas de la exaltación al desespero.
¿Cuánto dura el placer de creer que has conseguido lo que deseabas?
El primer sorbo de placer es un encanto, pero va prendido irremediablemente al miedo a perderlo, y cuando se apoderan de ti las dudas, llega la tristeza. La misma alegría y exaltación de cuando llega el amigo, es proporcional al miedo y al dolor de cuando se marcha... o cuando lo esperas y no viene...
¿Vale la pena?
Donde hay miedo no hay amor, y podéis estar bien seguros de ello.
Cuando despertamos de nuestro sueño y vemos la realidad tal cual es, nuestra inseguridad termina y desaparecen los miedos, porque la realidad es y nada la cambia. Entonces puedo decirle al otro:
"Como no tengo miedo a perderte, pues no eres un objeto de propiedad de nadie, entonces puedo amarte así como eres, sin deseos, sin apegos ni condiciones, sin egoísmos ni querer poseerte."
Y esta forma de amar es un gozo sin límites.
¿Qué haces cuando escuchas una sinfonía?

Escuchas cada nota, te deleitas en ella y la dejas pasar, sin buscar la permanencia de ninguna de ellas, pues en su discurrir está la armonía, siempre renovada y siempre fresca. Pues, en el amor, es igual. En cuanto te agarras a la permanencia destruyes toda la belleza del amor. No hay pareja ni amistad que esté tan segura como la que se mantiene libre. El apego mutuo, el control, las promesas y el deseo, te conducen inexorablemente a los conflictos y al sufrimiento y, de ahí, a corto o largo plazo, a la ruptura. Porque los lazos que se basan en los deseos son muy frágiles. Sólo es eterno lo que se basa en un amor libre.
Los deseos te hacen siempre vulnerable.
Anthony de Mello

sábado, 22 de agosto de 2009

BUSCO UN HOMBRE

Mi búsqueda no es sencilla, he encontrado en mi vida amigos, enemigos, conocidos, científicos, intelectuales, pacifistas y aún continúo mi pesquisa, porque lo que yo deseo es:
¡UN HOMBRE!
UN HOMBRE tan seguro de sí mismo, que no tema mi plena realización como mujer, que jamás me considere su rival en ningún aspecto, sino que seamos eternos compañeros el uno para el otro, amigos del alma.
UN HOMBRE que no tema a la ternura, que se atreva a ser débil cuando necesite detenerse a recobrar fuerzas para la lucha diaria, que no piense que al amarme lo derroto o que al amarlo me aniquila.
UN HOMBRE que me proteja de los demás y de mi misma, que conociendo mis errores los acepte y me ayude a corregirlos.
UN HOMBRE que sepa y quiera reconocer mis valores espirituales y sobre ellos, pueda construir todo un mundo, que nunca me rebaje con su trato.
UN HOMBRE que con cada amanecer me ofrezca una ilusión, que alimente nuestro amor con toda delicadeza, para quien una delicada flor entregada con un beso tenga más valor que una joya enviada por un mensajero.
UN HOMBRE con el que se pueda hablar, que jamás corte el puente de comunicación y ante quién me atreva a decir lo que pienso sin temor de que me juzgue o que se ofenda y sea capaz de decírmelo todo... incluso que no me ama.
UN HOMBRE que tenga siempre los brazos abiertos para que yo me refugie en ellos cuando me sienta amenazada o insegura, que conozca su fortaleza y mi debilidad pero que jamás se aproveche de ello.
UN HOMBRE que tenga abiertos los ojos a la belleza, a quien lo domine el entusiasmo y ame intensamente la vida, para quien “cada día” sea un regalo inapreciable que hay que vivir plenamente aceptando el dolor y la alegría con igual serenidad.
UN HOMBRE que sepa ser más fuerte que los obstáculos, que jamás se amilane ante la derrota y para quien, los contratiempos, sean más estímulos que adversidad. Pero que esté tan seguro de su poder que no se sienta en la necesidad de demostrarlo en cada minuto en empresas absurdas solo para probarlo.
UN HOMBRE que no sea egoísta, que no pida lo que no se ha ganado, pero que siempre haga esfuerzos por tener lo mejor, porque lo ha ganado.
UN HOMBRE que se respete a sí mismo porque así sabrá respetar a los demás, que no recurra jamás a la burla, ni las ofensas que más rebajan a quién las hace que a quien las recibe.
UN HOMBRE que goce dando... y que sepa recibir, que no tenga miedo de amar, ni que se envanezca porque es amado. Que goce cada minuto de amor como si fuera el último, que no viva esperando el mañana... porque tal vez nunca llegue.
Cuando lo encuentre... Lo amaré intensamente.
Anónimo

jueves, 20 de agosto de 2009

BUSCO UNA MUJER

En mi paso por este mundo he conocido toda clase de personas, de todas las condiciones sociales; pero a fin de cuentas sólo se ha tratado de gente, y lo que yo busco es:
¡UNA MUJER!
Pero UNA MUJER que no sea una muñequita de aparador, ni la rosa candorosa e ingenua. Tampoco que sea la hermosura mercenaria, ni la madre sumisa y abnegada o la esclava del hogar.
Busco UNA MUJER que se atreva a ser ella misma con todas sus potencialidades.
UNA MUJER que no tema ser fuerte, segura e independiente, porque con ello no pierde su femineidad, y en cambio, toma el lugar que le corresponde en la evolución de la pareja humana.
UNA MUJER dispuesta a descubrir y a desarrollar todos sus valores y potencial, porque los hombres no maduramos emocionalmente jamás si tenemos compañeras, madres o hermanas que han dado poca importancia al crecimiento como personas. La evolución supone un crecimiento compartido.
UNA MUJER preparada y decidida, que no sólo sepa qué hacer, sinocómo y cuándo hacerlo, porque así será un respaldo para mí, como yo con gusto lo seré para ella.
UNA MUJER que me descargue de todo el peso de un amor no entregado,porque nunca antes alguien lo había recibido por completo.
UNA MUJER que me ayude a verme como soy, no como creo que soy. Que tenga tacto al decirme mis defectos en el momento en que soy más receptivo, para que digiera la crítica constructiva y pueda así, florecer como persona.
UNA MUJER que sea tierna, sin que pierda firmeza; seria sin llegar a ser solemne; deseosa de superarse sin sentirse superior; dulce, sin ser melosa, y con la frescura de una chamaca, sin caer en lo pueril.
UNA MUJER que sea mi compañera en todo: desde tender la cama juntos, hasta adentramos en una aventura intelectual, pasando por la experiencia de trabajar hombro a hombro y recorrer un parque en bicicleta.
UNA MUJER que no se alarme si alguna vez me ve llorar (quiero recuperar esa capacidad de expresión reprimida por el machismo) y que me aliente a "darme permiso" de ser débil y a pedir ayuda a pesar de ser el hombre fuerte.
UNA MUJER que descubra lo que le gusta en la vida, y que se esfuerce por averiguar lo que quiere realmente de la misma, teniendo el valor de pagar el precio de sus más grandes anhelos.
UNA MUJER que no se deje utilizar y que nunca manipule a otro ser humano, incluyendo su pareja, pues no tiene objeto caer en una simbiosis destructiva, cuando existe la alternativa luminosa de un crecimiento recíproco.
UNA MUJER que sepa que el hombre está llamado a ser el más elevado de los seres vivientes; pero que ella, como mujer, fue concebida como la más sublime de las creaciones del Universo.
Cuando la encuentre... La amaré intensamente.
Anónimo

miércoles, 19 de agosto de 2009

MI YO INTERIOR

Saben hace poco mientras revisaba mi hi5, me di con la sorpresa de que una amiga escribió un interesante poema(si es que así se le podría llamar) , me llamo tanto la atención , que ni bien la leí , me comunique con ella, para felicitarle, motivandole a que siga escribiendo, bueno quisiera compartir ese "poema" con ustedes, se que les va agradar.



ESA VOZ Q SIEMPRE ME ACONSEJA, AUNQUE ESTOS ÚLTIMOS MESES LA DEJE DE LADO. TU QUE ME GUIAS Y ME CUIDAS, TU QUE SABES VER EL CORAZÓN DE CADA HUMANO, A TI HOY, YO TE PIDO PERDÓN.
PERDÓN POR SER TAN CIEGA, PERDÓN POR NO SEGUIR TUS CONSEJOS, PERDÓN POR DEJARME LLEVAR SOLO DE LOS SENTIMIENTOS. POR FAVOR AMIGA MÍA, PERDONAME, AUNQUE ESTÉS HERIDA.
YO ME ENAMORE DE UN TONTO, Y LE ENTREGUE MI VIDA, ÉL LA TOMO COMO QUISO, SIN SABER CUANTO VALÍA.
!! ERA UN LADRÓN!!
AMIGA MÍA. UNO QUE HOY ME DEJO VACÍA, SE LO LLEVO TODO, TODO, Y ME DEJO EN LA RUINA, NO SABES CUANTO TE NECESITO HOY DÍA.
AMIGA, PERDONA A ESTA INGRATA QUE CREYÓ SABER DE AMOR Y NO TE DIO VOZ NI VOTO.
AMIGA, TU MI ÚNICA AMIGA, TE PIDO HOY, DÉJAME VOLVER A TU LADO Y CAMINAR ESTE SENDERO COMO SIEMPRE LO HEMOS HECHO JUNTAS, LUCHANDO EN ESTA VIDA.
YO EL CORAZÓN Y TU LA MENTE, HOY ENTENDÍ QUE NO PUEDO PENSAR CON LOS SENTIMIENTOS ,NI TAMPOCO SENTIR SOLO CON LA RAZÓN.
MEDALI Y VALERIA , SON UNA MISMA PERSONA DESDE HOY Y PARA SIEMPRE. TE QUIERO Y ME QUIERO. HOY TU ME ENSEÑASTE QUE SIGNIFICA TENER DIGNIDAD.
GRACIAS POR VOLVER A SER MI AMIGA.
Valeria M.F.R