lunes, 28 de junio de 2010

Sobre El Amor Y La Amistad‏

El Principito Y El Zorro

Apareció entonces el zorro.
-Buenos días -saludó el zorro.
-Buenos días -contestó amablemente el Principito que al darse vuelta en dirección a la voz no vio a nadie.
-Si me buscas, aquí estoy -aclaró el zorro- debajo del manzano.
-Pero…, ¿quién eres tú? -preguntó el Principito-. Eres muy hermoso.
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Acércate…, ven a jugar conmigo -propuso el Principito- ¡Estoy tan triste!.
-¿Jugar contigo? No…, no puedo -dijo el zorro-. Aún no estoy domesticado.
-¡Ah! Perdón -se excusó el Principito.
Interrogó, luego de meditar un instante:
-¿Has dicho “domesticar”? ¿Qué significa “domesticar”?
-Tú no eres de aquí -afirmó el zorro- ¿Puedes decirme qué es lo que buscas?
-Busco a los hombres -respondió el Principito- Dime, ¿qué significa “domesticar”?
-Los hombres -intentó explicar el zorro- poseen fusiles y cazan. Eso es bien molesto. Crían también gallinas; es su único interés. Tú buscas gallinas, ¿verdad?
-No -dijo el Principito-. Busco amigos. ¿Qué significa “domesticar”?
-¡Ah!…, es una cosa muy olvidada -respondió el zorro-.
Significa “crear lazos”.
-¿Crear lazos?-preguntó el Principito.
-Así es -confirmó el zorro- Tú para mí, no eres más que un jovencito semejante a cien mil muchachitos. Además, no te necesito. Tampoco tú a mí. No soy para ti más que un zorro parecido a cien mil zorros. En cambio, si me domesticas…, sentiremos necesidad uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo.
-Creo que empiezo a entender -dijo el Principito-. Hay una flor… Creo que me ha domesticado.
-Es probable- contestó el zorro- ¡En este planeta, en la Tierra, pueden ocurrir todo tipo de cosas! -¡Oh! No es en la Tierra -se apresuró a decir el Principito.
El zorro se quedó no menos que intrigado.
-¿Acaso en otro planeta?
-Sí.
-¿Puedes decirme si hay cazadores en ese planeta?
-¡Oh, no! No los hay.
-Me está resultando muy interesante. ¿Hay gallinas?
-No.
-No existe nada que sea perfecto -dijo el zorro suspirando.
Luego prosiguió:
-Mi vida es algo aburrida. Cazo gallinas y los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen como también los hombres se parecen entre sí. Francamente me aburro un poco. Estoy seguro que…, si me domesticas mi vida se verá envuelta por un gran sol. Podré conocer un ruido de pasos que será bien diferente a todos los demás. Los otros pasos, me hacen correr y esconder bajo la tierra. Pero el tuyo sin embargo, me llamará fuera de la madriguera, como una música. ¡Mira! ¿Puedes ver allá a lo lejos los campos de trigo? Yo no como pan, por lo que para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo nada me recuerdan. ¡Es triste! Pero tú tienes cabellos de color oro. Cuando me hayas por fin domesticado, el trigo dorado me recordará a ti. Y amaré el sonido del viento en el trigo…
El zorro en silencio, miró por un gran rato al Principito.
-Por favor… ¡Domestícame! -suplicó.
-Lo haría, pero… no dispongo de mucho tiempo -contestó el Principito-. Quisiera encontrar amigos y conocer muchas cosas.
-¿Sabes…? Sólo se conocen las cosas que se domestican -afirmó el zorro-. Los hombres carecen ya de tiempo. Compran a los mercaderes cosas ya hechas. Y… como no existen mercaderes de amigos, es muy simple, los hombres ya no tienen amigos. Si realmente deseas un amigo, domestícame!
-Y… ¿Qué es lo que debo hacer? -preguntó el Principito.
-Debes tener suficiente paciencia -respondió el zorro- En un principio, te sentarás a cierta distancia, algo lejos de mi sobre la hierba. Yo te miraré de reojo y tú no dirás nada. La palabra suele ser fuente de malentendidos. Cada día podrás sentarte un poco más cerca.
Al otro día el Principito volvió:
-Lo mejor es venir siempre a la misma hora -dijo el zorro- Si sé que vienes a las cuatro de la tarde, comenzaré a estar feliz desde las tres. A medida que se acerque la hora más feliz me sentiré. A las cuatro estaré agitado e inquieto; comenzaré a descubrir el precio de la felicidad. En cambio, si vienes a distintas horas, no sabré nunca en qué momento preparar mi corazón… Los ritos son necesarios.
-¿Qué son los ritos? -preguntó el Principito.
-Se trata también de algo bastante olvidado -contestó el zorro-. Es aquello que hace que un día se diferencie de los demás, una hora de las otras horas. Te daré un ejemplo. Entre los cazadores hay un rito. Todos los jueves bailan con las jóvenes del pueblo. Para mí el jueves es un día maravilloso, ya que paseo hasta la viña. Si los cazadores no tuvieran un día fijo para su baile, todos los días serían iguales y yo no tendría vacaciones.
Fue así como el Principito domesticó al zorro. Pero al acercarse la hora de la partida:
-¡Ah!-dijo el zorro- Voy a llorar.
-No es mi culpa -repuso el Principito-. Tú quisiste que te domesticara, no fue mi intención hacerte daño.
-Sí, yo quise que me domesticaras -dijo el zorro.
-Pero dices que llorarás.
-Sí -confirmó el zorro.
-¿Ganas algo entonces? -preguntó el Principito.
-Gano -aseguró el zorro- por el color del trigo.
Luego sugirió al Principito:
-Vuelve y observa una vez más el jardín de rosas. Ahora comprenderás que tu rosa es única en el mundo. Cuando vuelvas para decirme adiós, yo te regalaré un secreto.
Se dirigió el Principito nuevamente a la rosas:
-En absoluto os parecéis a mi rosa. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Así era mi zorro antes, semejante a cien mil otros. Al hacerlo mi amigo, ahora es único en el mundo.
Las rosas se mostraron ciertamente molestas.
-Sois bellas, pero aún estáis vacías -agregó-. Todavía nadie puede morir por vosotras. Es probable que una persona común crea que mi rosa se os parece. Ella siendo sólo una, es sin duda más importante que todas vosotras, pues es ella la rosa a quien he regado, a quien he puesto bajo un globo; es la rosa que abrigué con el biombo. Ella es la rosa cuyas orugas maté (excepto unas pocas que se hicieron mariposas). Ella es a quien escuché quejarse, alabarse y aún algunas veces, callarse. Ella es mi rosa…
Regresó hacia donde estaba el zorro:
-Adiós- dijo.
-Adiós- dijo el zorro-. Mi secreto es muy simple: no se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos.
-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el Principito a fin de acordarse.
-El tiempo que dedicaste a tu rosa, es lo que hace que ella sea tan importante para ti.
-El tiempo que dediqué a mi rosa… -repitió el Principito para no olvidar.
-Los hombres ya no recuerdan esta verdad -dijo el zorro-. En cambio tú, por favor…, no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…
-Soy responsable de mi rosa… -dijo en voz alta el Principito a fin de recordar…

domingo, 20 de junio de 2010

CUIDA A TU PAREJA

Cuando lei esta historia por primera vez, jamas pense que la publicaria, en mi blog; sencillamente porque no compartia la opinion del autor, la noción que tenia de amor en ese entonces era muy distinta a la de ahora. Eso me hace acordar lo que mencione en una de mis publicaciones anteriores(en el mes de febrero) titulada "Pensamientos Idealizados Sobre el Amor" , la cual describia al amor :


1]"SI HAY AMOR, NO NECESITAS NADA MAS"
2]"EL VERDADERO AMOR ES INCONDICIONAL"
3]"EL AMOR ES ETERNO"

Afortunadamente uno llega a aprender, que ello no necesariamente es asi.

Voy a decir algo que con seguridad va a molestar a muchos, pero que cuando se los explique les va a molestar más, y es que a veces cuidamos más lo seguro que tenemos, que lo inseguro.

Me explico:

Yo siempre digo, no cuides tanto a tu familia, cuida a tu pareja y la gente se sorprende.
¿Pero como que no voy a cuidar mucho a mi familia?
¡Es mi familia!
Y no, tu familia, que es tu familia, está segura, es tu familia, nunca se pierde.

¿Ustedes han oído decir a alguien «allí va mi ex hijo, allí va mi ex padre»?

No, ¿verdad?.
Pero han oído mucho, «allí va mi ex pareja». Entre los padres, los hijos, los hermanos, la familia, lo más seguro que se tiene, no hay ex.
Ellos están allí y por muchos años que duren sin verse, por mucho tiempo que tarden en escribirse o en hablarse, ellos están allí.
Usted no puede decir «aquella señora que va pasando por allí fue mi madre por 35 años».
Ella está allí, ella está segura.

Y es más, les voy a decir otra cosa, de todos los amores, que es tender lazos, de todos los puentes, el amor más débil que existe es el de pareja.

En una pareja no hay nada. Por eso hay que darlo todo, para quedarse con algo.
Tener una pareja es como cuidar una flor. Si una flor no se riega, se muere, y si se riega mucho, también.
Hay que ser un artista para cuidar una flor. Yo no sé cuidar flores, por eso soy cura.

Por eso, el amor de padre, de madre y de hijo es como tener un «cují coriano», nadie los riega, pero está ahí.

Eso que llamamos amor eterno se da en papá, en mamá, en un hijo, y en los amigos, que también puede ser un amor eterno.
Pero en una pareja es un amor diario, tiene que cuidarse todos los días.

Tengo un hermano en los Estados Unidos que se fue hace más de diez años y duré más de diez años sin hablarle.

Nunca le llamé, y puedo decirlo que hasta por descuido. Siempre sabía de él por mamá, y cuando vino por primera vez desde que se había ido, lo fui a buscar al aeropuerto, y cuando nos vimos el abrazo fue tan fuerte que lloramos de emoción. Allí estábamos.

Pero vete de tu pareja diez años a ver qué encuentras. Eso es lo que dice que el amor de pareja es amor de todos los días.

Yo puedo hablar con mi mamá cada semana, una vez a la semana, pero si tuviera pareja la estuviera llamando a cada momento.
Y no es que sea bueno o malo, es que el amor es así.
No se quiere a nadie más por no querer al otro.

Por ejemplo, yo comparo el amor de aquellas parejas que por alguna circunstancia del destino tienen un hijo discapacitado. No es que no quieran a los otros, pero ellos están seguros.

De aquél tienen que estar más pendientes, porque se puede caer, porque a lo mejor no come solo. En cambio, los otros están y los quieren igual, y saben que están ahí.

Si tengo una pareja, ese es el amor discapacitado. De ese tengo que estar más pendiente porque necesita más.

El amor de madre es independiente, el amor de pareja es dependiente.
Ella depende de mí y yo dependo de ella. Estamos unidos «hasta que la muerte nos separe», pero el amor que nos debemos es como el amor de un hijo discapacitado.

Padre Ricardo Búlmez

sábado, 12 de junio de 2010

O AMOR NÃO DORME

Estoy radicando 5 meses en Brasil, aunque aun no aprendo el idioma, sabran que cada pais tiene sus costumbres y tradiciones, algunas de ellas son a nivel de sudamerica o mundial, una de ella es el dia de los enamorados, que es una celebracion internacional , lo que desconocia era que cada pais tenia su propia fecha, para celebrarlo, en Brasil, se celebra el 12 de junio, y no me queda mas que compartir una entrada por la fecha, y claro esta en portugues, dedicada a aquelos enamorados de habla portuguesa.



Feliz dia dos namorados

Onde existe amor, não há desejos. Por isso, ali não existe medo algum. Se você de fato ama seu amigo, deve poder falar com ele abertamente e dizer:

"Desta maneira, sem as lentes coloridas dos desejos, eu o vejo como você é, e não como eu gostaria que fosse. E é assim que lhe dedico minha amizade, sem medo de que você venha a afastar-se de mim ou me magoar, sem medo de não me corresponder".

Porque, na realidade...
o que é que realmente desejamos? Amar a essa pessoa como ela é, ou a uma imagem que não existe?
Se você conseguir desprender-se desses desejos ou apegos, poderá amar. Aquele outro sentimento nem ao menos pode ser chamado de amor, pois é contrário a tudo o que significa amor de verdade.
Apaixonar-se tambén não significa amar, mas desejar para si uma imagen que se cria da outra pessoa. Tudo é apenas um sonho, porque essa pessoa não existe.
Por isso, quando se conhece a realidade dessa pessoa, como ela não coincide com o que se estava imaginando, a paixão deixa de existir. A essência de tudo fica circunscrita aos desejos.Desejos que dão origem ao ciúme e ao sofrimento porque, não estando assentados sobre a realidade, vivem na insegurança e na descomfiança do medo de que todos os sonhos se acabem e desmoronem.
Quando alguém se apaixona, experimenta certas emocões e uma exaltação que agrada às pessoas que sofrem de insegurança afeitiva, alimentadas por uma sociedade e uma cultura que fazem disso um verdadeiro comércio. Uma pessoa apaixonada não se atreve a dizer toda a verdade, por medo de que a outra se desiluda porque, no fundo, sabe que essa paixão só se alimenta de ilusões e de imagens idealizadas.
Apaixonar-se supõe uma manipulação da verdade e até da outra pessoa, para que se sinta e deje o mesmo que nós, podendo então ser possuída como um objeto, sem o medo de que nos venha a dsiludir. Apaixão nada mais é do que uma enfemidade e uma droga, experimentadas por aquela pessoa que, em virtude de sua própria insegurança, não tem capacidade para amar livre e satisfatoriamente .
As pessoas inseguras não desejama verdadeira felicidade porque temen os riscos representados pela libertade. Por isso, preferem a droga dos desejos. Com os desejos vêm o medo, a ansiedade, as tensões e ... conseqüentemente, a desilusão e o sofrimento contínuos. A pessoa passa da exaltaçao para o desespero.
Quanto tempo dura o prazer de acreditar que conseguimos o que desejávamos ?
O primero trago de prazer é um encanto, mas está irremediavelmente preso ao medo de perder tudo. Assim, quando as dúvidas tomam conta de nós, chega a trsteza. Apropria alegria e exaltação, experimentadas quando o amigochega, são propocionais o esperamos e ele não vem.. Sera que isso vale a pena ?
Onde há medo não existe amor. Esteja certo disso.
Quando despertamos de nosso sono e vemso a realidade como ela é, nossa insegurança acaba e desaparecem os temores, porque a realidade é, e nada pode modificá-la.
Então estamos em condição de dizer ao nosso próximo:

"Como não tenho medo de perdê-lo, pois não é um objeto de propiedade de quem quer que seja, posso amá-lo exatamente como ele é, sem desejos, sem egoismos e sem querer ser dono dele."

E esta forma de amar representa uma felicidade sem limites.
Que fazemos quando escutamos uma sinfonia?
Procuramos ouvir cada uma das notas, nos deleitamos e a deixamos passar, sem tentar garantir a sua permanência, poque é no passar das notas que está a harmonia, sempre renovada e sempre fresca. Pois, no amor, é a menma coisa.
Quando nos agarramos à permanência, destruimos toda a beleza do amor.
Não pode existir casal nem amizade que saje tão seguro quanto aquele que se mantém livre.
O apego mútuo, o controle, as promessas e o desejo levam inexoravelmente aos conflitos e ao sofrimento e daí a muito ou pouco tempo ao rompimento definitivo. Poque os laços que se baseiam nos desejos são frágeis demais. Só é eterno aquilo que se constrói sobre um amor livre.
Os desejos sempre nos tornam vulneráveis.


Anthony de Mello