miércoles, 24 de marzo de 2010

APRENDE A REIRTE DE TI MISMO

Puede haber humor sin sabiduría, pero no lo contrario
¿Habrá algo más ridículo y pesado que una persona con delirios de grandeza?
O peor: ¿quién no ha tenido que aguantarse alguna vez a un “experto” que piensa que sus conocimientos son la sapiencia en pasta?
Empachados por la efervescencia de una supuesta trascendencia tratan a toda costa de ser profundos, así deban sacrificar la risa.
El sentido del humor se refiere al gusto por reír y hacer reír, a ver el lado cómico de la vida, incluso en la adversidad.

Recuerdo que en cierta ocasión un amigo se resbaló al bajar de un autobús. La caída fue bastante aparatosa porque fue cayendo sentado, de escalón en escalón, hasta aterrizar aparatosamente de culo en la acera. Una mujer que pasaba por allí se le acercó a prestar ayuda, y le preguntó: “¡Dios mío! ¿Se cayó?”. Mi amigo, que no le falta sentido del humor, respondió en tono parco: “No señora, es una vieja costumbre de familia”. Este comentario dio pie para que todos aquellos que tenían la risa contenida por lo grotesco del incidente soltaran la carcajada y la algarabía fue total.
Buen humor: disposición a reírse de sí mismo, pero además provocar la risotada e involucrar a los demás en la ocurrencia.
Por eso el arte de bromear sanamente es una virtud social.
Puede haber humor sin sabiduría, pero no lo contrario. Las tradiciones espirituales más conocidas de oriente y la filosofía antigua atestiguan lo anterior. Por ejemplo, el guía espiritual Bhagwan Shree Rajneesh cita el curioso caso de un místico japonés llamado Hotei a quien se lo apodó el “Buda que ríe”:
“En Japón, un gran místico, Hotei, fue llamado el Buda que ríe. Fue uno de los místicos más amados en Japón y nunca pronunció una sola palabra. Cuando se iluminó comenzó a reírse y siempre que alguien le preguntaba, ¿de qué te ríes?, él reía más. Iba de pueblo en pueblo riéndose… En toda su vida, después de su iluminación, por alrededor de cuarenta y cinco años, solo hizo una cosa: y fue reírse. Ese era su mensaje, su evangelio, su sagrada escritura”
Las personas que conocían a Hotei no podían parar de reír y no tenían idea de por qué lo hacían. En realidad se reían sin razón, algo que no entra en la cabeza de una persona ceñuda y amargada. El budista Chogyam Trunga, sostiene que la percepción humana de un “yo” sólido es un “chiste cósmico”. Un swami me dijo una vez: “Lo que me resulta realmente divertido, y espero que no lo vaya a tomar a mal, es que usted cree que existe”. No saber quien soy, vaya y pase, ¿pero dudar de mi existencia? En todo caso, por ahora todavía sigo creyendo que soy un ser real, así produzca sonrisas compasivas en mis amigos budistas.
El buen humor que acompaña la sabiduría posee la curiosa capacidad de juntar los polos opuestos en una dimensión paradójica inesperada y producir una sensación de soltura y relajamiento.
Tres ejemplos
Montaigne: “Mi vida a estado repleta de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron”.
Óscar Wilde y un diálogo de la obra, Un marido ideal: /Cosa extraordinaria la que sucede con las clases bajas en Inglaterra. A cada rato se les muere algún pariente/ ¡Sí, mi lord! A ese respecto son extremadamente afortunados.
Groucho Marx: "Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de miseria”.

La irreverencia del doble sentido ¿Habrá algo más subversivo que el humor bien manejado? Alguien decía que la vida es muy importante para tomársela en serio. Si todavía no hemos sido víctima del endiosamiento, deberíamos aprender a tomarnos el pelo a nosotros mismos de tanto en tanto, como un ejercicio de sincera modestia y frescura.

Walter Riso

jueves, 18 de marzo de 2010

CÓMO HACERTE SABER ...

Como hacerte saber que siempre hay tiempo.
Como hacerte saber que uno tiene solo que buscarlo y brindárselo.
Que nadie establece normas salvo la vida.
Que la vida sin ciertas normas pierde forma.
Que nadie quiere estar solo,
Que para no estar solo hay que dar y
Que para que nos den, también hay que saber pedir.
Que saber pedir no es regalarse, que regalarse es en definitiva es no quererse.
Que para que nos quieran debemos mostrar quienes somos,
Que para que alguien sea hay que ayudarlo.
Que ayudar es poder alentar, apoyar, pero que no es adular,
Por que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.
Que las cosas cara a cara son honestas.
Que nadie es honesto por que no roba.
Que el que roba no es ladrón por placer.
Que cuando no se tiene placer por las cosas simplemente no se está viviendo.
Que para sentir la vida hay que saber que existe la muerte.
Que se puede estar muerto en vida.
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida;
Y que el por que de los niños tienen porque.
Que no está prohibido amar,
Que también se puede odiar y
Que el odio y el amor son afectos.
Que la agresión por si, hiere mucho
Que las heridas se cierran,
Y las puertas no deben cerrarse.
Que la mayor puerta es el afecto y
Que los afectos nos definen a todos.
Que nunca está de más agradecer,
Que el contraste es hermoso.
Que se siente con el cuerpo y con la mente,
Y con los oídos se escucha.
Que cuesta ser sensible y no herirse,
Que herirse no es desgarrarse.
Que para no ser heridos levantamos muros y
Quien siembra muros no recoge nada.
Que somos albañiles de muros, mas, seria mejor construir puentes;
Puentes que sobre ellos se va a la otra orilla y que se vuelve.
Que volver no significa retroceder,
Pues retroceder puede ser también avanzar.
Que no por mucho avanzar, se amanece más cerca del sol, o de la luna.

Como hacerte saber que nadie establece normas,
Salvo la vida!


Mario Benedetti



martes, 16 de marzo de 2010

EL CONJURO DE LOS SIOUX

Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la t ienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu….
Nos amamos…-empezó el joven.
- Y nos vamos a casar- dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo…queremos un hechizo, un conjuro, o un talismán… algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos… que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.
Por favor- repitieron- ¿Hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes… tan enamorados…y tan anhelantes esperando su palabra…
- Hay algo- dijo el viejo- pero no sé…es una tarea muy difícil y sacrificada…
Nube Azul-dijo el brujo- ¿ves el monte al norte de nuestra aldea?
Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos…
Deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte…
si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena…¿Comprendiste?
-Y tú, Toro Bravo…siguió el brujo deberás escalar la montaña del trueno…cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva…el mismo día en que vendrá Nube Azul…
¡Salgan ahora!
Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada…ella hacia el norte y él hacia el sur…El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas…eran verdaderamente hermosos ejemplares…
- Y ahora ¿qué haremos?…-preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
-No- dijo el viejo.
- ¿Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne?- propuso la joven.
- No, repitió el viejo. Harán lo que les digo: tomen las aves y atenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero…cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres…
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros…el águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso.
Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse….
Este es el conjuro...

Jamás olviden lo que han visto…
Son ustedes como un águila y un halcón…
si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose…
sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro…
Si quieren que el amor entre ustedes perdure…
“Vuelen juntos…pero jamás atados”