A pesar de que los pingüinos viven en un hábitat de hielo, son un ejemplo de calidez. Son capaces de afrontar, junto a su pareja, una serie de responsabilidades y emociones que los llevan a tener una relación más allá del apareamiento.
Los pingüinos emperador caminan más de 70 millas en el hielo y soportan temperaturas hasta por debajo de los 60 grados para encontrar a su otra mitad. Esto es el comienzo de una aventura en la cual cada uno es fundamental para el otro. De esta manera tienen acuerdos claros para mantener una relación, como lo describe la exitosa documental francesa:
La Marcha de los Pingüinos.
Su situación no difiere mucho de la de dos humanos, quienes están más obligados a mantener una constante comunicación por ser la unión de dos individuos distintos. El ambiente de hielo también se presentan entre el hombre y la mujer. La ausencia de palabras, asumir lo que el otro piensa y siente, o castigar con indiferencia, son errores comunes que tarde o temprano hacen de la casa y la relación escenarios gélidos.
En un noviazgo, matrimonio o unión con varios años de sana convivencia, sin duda se ha sabido manejar una comunicación en la cual están implícitos la comprensión y el amor. Esto se requiere especialmente en situaciones como el nacimiento de los hijos, episodios tristes, aprietos económicos y disgustos.
Pero resulta ambicioso dar una respuesta específica del porqué un hombre y una mujer deciden estar unidos, comenta el psiquiatra Miguel De León. A nivel popular se considera que la atracción y la compatibilidad socioeconómica son las áreas más influyentes para perseverar.
De hecho, la atracción física es considerada uno de los aspectos más relevantes para comenzar la relación, manifiesta De León. El experto hace énfasis en que en la actualidad los encuentros sexuales se dan desde el noviazgo y este tiempo de pasión deja para después la amistad, la ternura y el compromiso.
Varios estudios realizados por las universidades Collage, en Londres, y Cornell, en Nueva York, concluyeron que la pasión dura entre uno y tres años. En este tiempo se da prioridad a las emociones y los sentimientos de placer.
El sexólogo Mauricio Aquino coincide en que la compatibilidad sexual es un factor no tan relevante y variante en cada relación:
“Un gran número de parejas no comparte intimidad sexual constante y se ama, pero es una decisión establecida con el tiempo”,
expresa Aquino. Sin embargo, para otras personas este componente no debe descuidarse y es determinante en la relación. Alicia Arellano, sexóloga de la Organización Mujer Feliz, considera que estos encuentros íntimos deben disfrutarse y no hacerse monótonos.
Aquino explica que los objetivos comunes o compartidos son el fundamento para continuar una vida juntos. El deporte, la música, la literatura y el cine, entre otras actividades, son distracciones necesarias para estar juntos aunque está claro que no siempre las preferencias concuerdan, lo cual hace necesario buscar el equilibrio.
Con regularidad, dos personas que conviven por muchos años buscan nuevas experiencias y así ganan estabilidad emocional. Tienen una vida social activa, amigos, se respetan y desarrollan un nivel de confianza elevado.