viernes, 14 de mayo de 2010

LA BUSQUEDA DE LA FELICIDAD

Cuando el hombre explore exhaustivamente el átomo y el inmenso espacio y diga que domina el mundo, cuando conquiste las mas complejas tecnologías y diga que sabe todo, entonces tendrá tiempo para mirar dentro de si mismo. En ese momento descubrirá que cometió un gran error. ¿Cuál?
Comprenderá que dominó el mundo exterior, pero no dominó el mundo interior, los inmensos territorios de su alma. Descubrirá que se convirtió en un gigante de la ciencia, pero que es un frágil niño que no sabe navegar en las aguas de la emoción y que desconoce los secretos que tejen la colcha de retazos de su inteligencia.
Cuando ocurra eso, algo nuevo sucederá. Encontrara por segunda vez su mayor invención: la rueda. ¿La rueda? Si, solo que esta vez será la rueda de la emoción. Una vez encontrada, recorrerá territorios poco explorados y, por fin, encontrará lo que siempre buscó: el amor, el amor por la vida y por el Autor de la vida.
Cuando aprende a amar, el hombre derramará lágrimas no de tristeza, sino de alegría. Llorará, no por las guerras no por las injusticias, sino porque comprenderá que ha buscado la felicidad por todo el universo y no la ha encontrado. Percibirá que Dios la escondió en el que él no ha pensado que podría estar: dentro de sí mismo.
Ese día, su vida se llenará de significado y una revolución silenciosa se producirá en la misma esencia de su espíritu: la soberbia dará lugar al respeto, la discriminación dará lugar a la solidaridad, la insensatez dará lugar a la sabiduría. Pero este tiempo está todavía lejano.
¿Por qué?
Porque ni siquiera descubrimos que la peor miseria humana se encuentra en el terreno de la emoción. El hombre sueña con vivir días felices, pero no sabe conquistar la felicidad. Los poderosos han intentado dominarla. La han cercado con ejércitos, la han acorralado con armas, la han presionado con sus victorias. Pero la felicidad los ha dejado atónitos, pues el poder nunca ha conseguido controlarla.
Los magnates han intentado comprarla. Han construido imperios, han amasado fortunas, han comprado joyas. Pero la felicidad los ha dejado perplejos, pues ella jamás se ha dejado comprar y les ha dicho:
¡El sentido de la vida se halla en un mercado donde no se usa el dinero!.
Por eso hay miserables que moran en palacios y ricos que moran en casuchas.
Los científicos han intentado entender qué es la felicidad. Han investigado, hecho estadísticas, pero ella los ha confundido diciendo:
¡La lógica numérica jamás comprenderá la lógica de la emoción!.
Confundidos, han descubierto que el mundo de la emoción es indescifrable a través de los códigos del mundo de las ideas.
Los intelectuales han buscado la felicidad en los libros de filosofía, pero no la han encontrado
¿Por que?
Porque hay más misterios entre la emoción y la razón de los que jamás ah imaginado la mente de los filósofos. Por eso los pensadores que han amado el mundo de las ideas y han despreciado el mundo de la emoción han perdido la ilusión por la vida.

Augusto Cury

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