sábado, 31 de marzo de 2012

EL AGUILA QUE NO SABIA QUE PODIA VOLAR


Dias atras conversando con una amiga, acerca de como enfrentar sus temores, creyendo que no fuese posible, ella me responde: No le puedes pedir peras al olmo..., a lo que yo le respondo: que tiene toda la razon, no le puedo pedir peras al olmo, es mas nunca lo hago, asi que le conte la siguiente historia del aguila que no sabia que podia volar...

Un día un granjero que paseaba por la montaña se encontró entre las piedras un nido de águilas que había caído a consecuencia del viento.
Al acercarse observó que en el interior del nido había dos polluelos, uno de los cuales había muerto debido al fuerte impacto y el otro se encontraba gravemente herido.
El granjero se agachó y se llevó con sumo cuidado al polluelo herido.
Cuando llegó a la granja lo curó y empezó a alimentarlo y a cuidarlo hasta que se recuperó por completo.
Una vez que el polluelo se recuperó y creció, decidió meterlo en el corral junto a las gallinas.
Los años fueron pasando y aquella águila se acostumbró a vivir como una gallina. Comía lo mismo que comían las gallinas, se movía como las gallinas e incluso aprendió a emitir los mismos sonidos que emitían las gallinas.

En una ocasión pasó por allí un naturista el cual quedó asombrado al ver al águila conviviendo tranquilamente en el corral con las gallinas.
El granjero le contó la historia de cómo la encontró, la curó y la crió entre las gallinas.
El naturista le contestó que su naturaleza era volar y ser libre y que si se le daba la oportunidad al águila así ocurriría.
En cambio, el granjero opinaba que como la única forma de vida que conocía el águila era estar en el corral, entonces no emprendería el vuelo y se marcharía.
El naturista cogió al águila y se subió a la azotea de la granja y la soltó para que emprendiera el vuelo, pero esta no abrió las alas y cayó al suelo.
Posteriormente, el naturista volvió a lanzar al águila esta vez desde una loma con el mismo resultado.
Ante esto, el naturista le propuso al granjero lanzar al águila desde lo alto de un acantilado, comprometiéndose a pagar al granjero una cantidad de dinero en el caso de que el águila finalmente no volara y muriera.
Al principio el águila iba cayendo, pero al darse cuenta que caía fue abriendo y extendiendo sus alas. Poco a poco empezó a planear y a mover sus alas. El águila emprendió el vuelo y finalmente se perdió en el horizonte.
Entonces el naturista, satisfecho le comentó al granjero que esa era la verdadera naturalezadel águila.



1 comentario:

  1. Es una excelente historia me gustaría encontrar el libro de la historia completa

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